El crumble es un postre originario de Inglaterra. Se cree que empezó a elaborarse durante la segunda guerra mundial, debido al racionamiento de alimentos, puesto que se trata de un postre con ingredientes muy comunes y económicos, pero con un resultado espectacular.
Podemos hacerlo con muchos tipos de fruta, aunque mi favorito es el de manzana. Eso sí, añadiéndole un toque de color y de acidez combinándolo con higos, frambuesas, arándanos o moras. Hoy me he decantado por éstas últimas. Unas hermosas moras oscuras.
Ingredientes:
Para el crumble
180g de harina
120g de mantequilla
120g de azúcar
Para el relleno
4 manzanas grandes golden
12 moras
100 g de azúcar aprox.
canela
Elaboración:
Precalentamos el horno a 180 grados centígrados. Engrasamos una fuente para horno, no demasiado alta, con mantequilla y espolvoreamos harina. Ésto hará que no se os pegue. Pelamos, descorazonamos y cortamos en daditos las manzanas. Las colocamos en la fuente y añadimos las moras. Espolvoreamos generosamente con azúcar y canela. Reservamos.
Procedemos a preparar el crumble. En un bol grande cortamos la mantequilla en daditos. Añadimos el azúcar y la harina. Y ahora... mucha atención! Vamos a mezclar los ingredientes con las yemas de los dedos. En ningún caso hay que amasar! No se trata de una masa, sino de conseguir una consistencia parecida a migas. Durante 5 minutos id mezclando con los dedos y ya vereis como os queda una textura como la que os muestro en la foto.
Una vez que tengais todos los ingredientes integrados , espolvoreais la mezcla sobre la fuente con las manzanas y las moras. Meteis el crumble en la mitad del horno a 180 grados durante unos 45 minutos y... aquí lo tenemos!
Un delicioso crumble.
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